La Fuente Mágica es una de las últimas obras que se llevaron a cabo en el recinto de la Exposición Universal de 1929. El proyecto se completó con cascadas y fuentes que llenan la avenida de Maria Cristina.
El elemento fundamental del proyecto fue la fuente monumental, situada sobre una plataforma que se levanta a medio camino del Palacio Nacional —al final del paseo y que hace de telón de fondo con las escalinatas― y la fuente de la plaza de Espanya, donde antes había una gran explanada, en la que el año 1919 se levantaron las cuatro grandes columnas de Puig i Cadafalch, que simbolizaban las cuatro barras de la bandera, y que se destruyeron en 1928 durante la dictadura de Primo de Rivera. En el año 2010 se pusieron unas nuevas a pocos metros del lugar original.
La Fuente Mágica se estropeó durante la Guerra Civil y no volvió a funcionar hasta 1955, año en que el arquitecto Buigas la arregló. Después de un par de reparaciones más y de incorporar música al espectáculo visual, en los años noventa se hizo una renovación a fondo para modernizar las instalaciones, hasta entonces muy artesanales.
En la ciudad también podemos disfrutar de un gran patrimonio de fuentes ornamentales y públicas que aportan más encanto a las calles y plazas donde están emplazadas.